Otra aventurilla veraniega con Álvaro Arroyo. Consistió en subir a la Atalaya de Segurilla pero en vez de por la carretera como hacíamos normalmente, lo hicimos por un camino de tierra desastroso que acabamos por perder el rastro y que finalmente tuvimos que atravesar el pasto y la paja andando mientras veíamos comer a las vacas y toros. Finalmente, y tras saltar unas cuantas vallas con la bici, llegamos sin saber como, a la misma atalaya. Después de descansar y comprobar que milagrosamente no habíamos pinchado, seguimos desde Segurilla hasta Pepino y finalmente volvimos a Talavera.
Próximamente más recopilatorios! Un saludo.
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